A raíz de la contaminación
ambiental estamos afrontando consecuencias graves como el efecto invernadero
(calentamiento global) y el deterioro de la capa de ozono, y ello tiene impacto
negativo e irreversible en la salud tanto de los seres humanos como la propia
vida de la madre tierra.
Reflejo de esta realidad, percibimos demasiada
insolación, incremento de la radiación ultravioleta (UV) que afecta la salud,
especialmente de los escolares. Según las investigaciones de expertos en esta
materia, se sabe que los rayos UV dañan el ADN de las células de la piel y
consecuentemente cáncer, daños en los ojos, etc.
Por esta situación, tanto el
sector educación, salud así como organismos especializados han recomendando la
adopción de medidas preventivas para proteger la salud, prioritariamente de los
escolares (NNA) por ser grupos más vulnerables.
Sin embargo, en muchas IIEE
parecería que las autoridades, los docentes y los propios padres de familia no
hemos tomado conciencia real de este grave problema; por ello, se ve que, horas
y horas los NNA están expuestos a la insolación (en la hora de formación,
educación física, “benditos” desfiles,…); realmente, esto es un atentado a la salud. En tal sentido, se
exhorta a las autoridades educativas, de salud entre otras, monitorear y
adoptar mecanismos que garanticen la implementación de las directivas
específicas dadas sobre el particular.
La escuela tiene que ser un
espacio que previene, promocione y proteja la salud de los escolares y
comunidad educativa en general. Por tanto, una acción urgente desde el Gobierno
Regional, Gobiernos Locales y las propias IIEE es el techado de los patios,
espacios de recreación donde los NNA desarrollan actividades físicas,
deportivas, etc.
Publicado en Diario el Correo
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