lunes, 1 de junio de 2015

LA ESCUELA HOMOGENEIZADORA

El fin de la educación peruana es “formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, espiritual y religiosa, promoviendo la formación y consolidación de su identidad y autoestima y su integración adecuada y critica a la sociedad para el ejercicio de su ciudadanía en armonía con su entorno, así como el desarrollo de sus capacidades y habilidades para vincular su vida con el mundo del trabajo y para afrontar los incesantes cambios en la sociedad y el conocimiento”.

Pero, ¿Cómo es posible alcanzar este fin educativo, así como cumplir con la función educativa de hominización, socialización, culturación y formación de conciencias, si tenemos todavía muchas escuelas reproductoras, colonizadoras, uniformizadoras,… que no respetan la diversidad cultural, lingüística, ecológica, histórica … de los niños-niñas así como de la comunidad?.

Al respecto, Santos Guerra señala que, una escuela rígida, cerrada, rutinaria, torpe y lenta no podrá atender las exigencias cada vez más imperiosas de la atención a la diversidad. Aunque los principios éticos, los enunciados teóricos y los presupuestos metodológicos sean sensibles a la diversidad, no será posible atenderla en una organización rígida y rutinaria. La escuela tiene una inquietante función homogeneizadora. Currículo idéntico para todos, espacios iguales para todos, evaluaciones similares para todos, uniformes,...


Frente a esta realidad, la alternativa es desarrollar un modelo de escuela transformadora sobre la base de una perspectiva intercultural, de derechos, igualdad de género, ambiental,...  

Publicado en Diario el Correo

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