Según los principios pedagógicos-didácticos; en una realidad educativa altamente
diversa en lo social, cultural, ambiental, histórico, etc. es imprescindible
contextualizar-adaptar la planificación, ejecución y evaluación de las sesiones
del proceso enseñanza aprendizaje en correspondencia a los fines y propósitos
educativos, afín de garantizar el sentido de pertinencia y por consiguiente la calidad
de los aprendizajes.
Sin embargo, se viene evidenciando que algunos actores de la estrategia del
soporte pedagógico, están exigiendo a sus acompañados o acompañadas, la
aplicación de modo vertical plantillas de sesiones de aprendizaje diseñadas desde
el Ministerio de Educación; tanto en
instituciones educativas de contexto rural como urbano.
Estos deslices del accionar pedagógico y unilateral implementado por
algunos actores de los programas o estrategias del Minedu, deben corregirse
oportunamente, y así evitar transgredir o vulnerar derecho de los niños y niñas.
Al respecto, colectivo de autores y pedagogos coinciden en enfatizar que,
todo proceso de enseñanza y aprendizaje debe atender, entre otros aspectos, en
primer lugar su razón de ser, el sujeto que aprende. Pero este sujeto no se
encuentra aislado, es un sujeto que interactúa y se desenvuelve bajo
determinadas circunstancias, este es el segundo aspecto de atención: el
contexto. Igualmente debe tener muy preciso para qué, qué, cómo, con qué se enseña
y aprende.
Si se continúa con estas aberraciones o distorsiones del trabajo pedagógico
con las plantillas prediseñadas, se daría razón a las afirmaciones que, el
profesorado está convirtiéndose en solo jornaleros de la pedagogía. Eso, sería
muy grave.
Publicado en Diario el Correo
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