A la luz del destape de la
podredumbre del modus operandi de la
empresa brasileña ODEBRECHT, se evidencia que los distintos gobiernos de turno
han festinado miles de millones de soles en beneficio de las cúpulas de
gobierno o de grupos politiqueros en perjuicio de los verdaderos intereses de
la población.
Hechos de esta naturaleza vienen
corroyendo la estructura de la institucionalidad del país y por ende de la
sociedad y en particular de la familia.
Asimismo, se percibe en las instancias que administran justicia la inoperancia,
complicidad en el tratamiento de los casos de corrupción.
En tal sentido, la corrupción
viene “ganando terreno” en las diferentes instituciones, a tal punto que la
sociedad está siendo tolerante, y eso ¡es
grave! Frente a estas circunstancias, la única vía de transformación es la
educación. Por lo que, el rol del profesorado, la escuela en general, la
familia y sociedad es de formar, desarrollar y consolidar la reserva moral en
la niñez, a fin de reconstruir una sociedad justa, transparente, equitativa.
En consideración a lo planteado,
urge diseñar e implementar estrategias educativas de desarrollo de capacidades
en la niñez para minimizar y erradicar la “cultura” de la corrupción, del pillaje,
la viveza, de Pepe el vivo.
Por tanto, la erradicación del
“cáncer” de la corrupción no debe ser solo asunto de sanción o castigo sino,
con acciones preventivas, como es el factor educativo.
Publicado en Diario el Correo
Estoy de acuerdo con Ud. profesor, la unica forma de erradicar la corrupcion es desde la niñez, aunque no es una tarea tan facil. Por nuestra parte los profesores de la EBR tenemos un gran reto.
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