A la luz de las evidencias o “destapes” periodísticos se
están conociendo de las supuestas irregularidades o aprovechamientos de quienes
detentan actualmente el poder político en los diferentes niveles de gobierno. La
verdad, es repugnante, una traición a la confianza de las grandes mayorías, un
insulto y desprecio. ¿Cómo es posible que el “Estado de Emergencia Sanitaria”
haya servido para beneficiar a un grupo de poder económico, entrega de
proyectos a capitales ingleses, festinación con normas en los diversos sectores
y poderes?
Por otra parte, la desgracia y el dolor de muchos peruanos/as
viene siendo aprovechado por gente y empresas sin sensibilidad social ni
escrúpulos con la especulación, el acaparamiento de productos y costos
inalcanzables especialmente en los rubros de medicamentos, insumos como el
oxígeno, el de protección, etc.; no hay control, ¡es “tierra de nadie”!
Igualmente, se refleja actuación solo reactiva de las
autoridades regionales para afrontar las implicancias de la pandemia, o
únicamente como una caja de resonancia de lo que dispone el Gobierno Central;
ya que, se percibe poca o nula capacidad preventiva, de iniciativas efectivas
para hacer frente a este mal; el cual está diezmando vida de miles de
nuestros/as conciudadanos/as.
En tal sentido, se insta a las instituciones - si todavía
puede confiarse- como la Defensoría del Pueblo y los mecanismos de control del
Estado a fin de supervisar, fiscalizar la actuación de los diferentes niveles
de gobierno y sectores así como las empresas privadas. Pero, lo más importante
es que, la gran mayoría de la población desarrollemos conciencia social para hacer
frente a estas aberraciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario