En el proceso electoral del 5 de
octubre, según las fuentes oficiales, participamos 21 395 747 electores para
elegir a 25 gobiernos regionales, 195 municipios provinciales y 1647 municipios
distritales.
En este contexto, encontramos “propuestas
o planes” de la mayoría de los
postulantes que evidencian haber sido elaboradas oficiosamente como lista de
intenciones trasnochadas, y muy pocas con solvencia técnica y política alineada
a los planes y programas regionales, provinciales y locales. ¿Por qué ocurre
ello?.
No hay partidos políticos sólidos
con principios axiológicos, filosóficos, sociológicos, políticos, ideológicos
sostenibles en el tiempo y espacio que realmente enarbolen las más sentidas
necesidades y demandas de las mayorías. De allí que, existan agrupaciones
“politiqueras” bajo el “liderazgo” de caudillos ocasionales, o algún hijo del
vecino que busca una forma de encontrar fuente de “trabajo”, por la avaricia o
hambre de poder para la corrupción, etc.
Por otra parte, hay una masa electoral
cautiva que, lamentablemente no ha desarrollado o asumido un nivel de
conciencia crítica reflexiva, permitiendo de este modo que los politiqueros
disfrazados de “líderes” trafiquen con
la pobreza, ingenuidad y necesidad de estos pobladores. ¿Cuál es el reto en adelante?.
Que la escuela, los institutos y
universidades formen ciudadanos-líderes transformadores, con solidez política e
ideológica para promover un verdadero desarrollo humano; a fin de erradicar la pobreza,
desnutrición, anemia, analfabetismo, morbimortalidad, problema ambiental, baja
calidad educativa, …
Publicado en Diario el Correo
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