Considerando que la evaluación
del desempeño profesional docente es un
proceso sistemático de obtención de datos válidos y fiables, con el objetivo de
comprobar y valorar el efecto educativo que produce en los estudiantes el
despliegue de sus capacidades pedagógicas, su emocionalidad, responsabilidad
laboral y la naturaleza de sus relaciones interpersonales con estudiantes,
padres y madres, directivos, etc. ( Dr. Valdés-2009). Y que para el caso de
nuestro país, el Ministerio de Educación ha diseñado el Marco de Buen Desempeño
Docente, donde define los dominios, las competencias y los desempeños que
caracterizan una buena docencia y que son exigibles a todo docente.
Se plantea que, como política
educativa, la evaluación del desempeño profesional docente debe ser de dominio
de todos los actores educativos y la sociedad en general ¿Por qué evaluar?,
¿Para qué evaluar?, ¿Qué evaluar?, ¿Cómo evaluar?, ¿Con qué evaluar? a fin de garantizar la transparencia,
pertinencia, y que, realmente la evaluación permita mejorar el desempeño
docente, así como los niveles de aprendizaje de los estudiantes, la
participación protagónica de los padres y madres de familia, las autoridades y
sociedad en general. Para el efecto debemos contar con un sólido, sostenible y
sostenido sistema de formación docente inicial y en servicio diseñado
participativamente desde una óptima territorial, atendiendo la megadiversidad
del país.
Asimismo, se exige también
políticas claras para la evaluación del desempeño profesional de todos los
sectores del Estado; toda vez, que la evaluación, es el único medio de
garantizar el logro de los propósitos, metas.
Publicado en Diario el Correo
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