La evaluación de los aprendizajes
permite conocer avances, limitaciones en la consecución de los propósitos
educativos; conlleva a tomar decisiones para mejorar la calidad educativa. Bajo
esta consideración, el Minedu, aproximadamente desde el 2007 viene
implementando la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) a fin medir los niveles
de logros de aprendizaje de los estudiantes del 2do grado de educación primaria
en Comprensión Lectora y Matemática. En este sentido, el Estado invierte montos
significativos en movilizar toda la logística, personal, etc.
Los resultados de la ECE deben
permitir que tanto los docentes como los padres de familia y las distintas
instancias de gestión educativa puedan tomar decisiones de mejora.
Sin embargo, la ECE en su proceso
de implementación, a nivel de las distintas instancias viene generando
distorsiones o aberraciones al real sentido de una evaluación y la educación en
su esencia; porque muchas IIEE se han centrado al “entrenamiento” para que los
niños y niñas (NN) respondan con “éxito”
a los tipos de preguntas que se estila en la ECE, asimismo las propias
instancias de gestión educativa descentralizada han focalizado su atención a
“fortalecer capacidades” de los docentes del 2do grado de primaria a pocas
semanas de la aplicación de la ECE, ¿Qué hay de los docentes de otros grados, niveles?, eso ¿Garantiza el
real desarrollo de las capacidades humanas de los NN tanto en lo corporal,
emocional, intelectual, social, estética como espiritual?. Creo, que en este
sentido, en lugar de favorecer una formación integral e integrada de los NN se
está reduciéndose básicamente al desarrollo intelectual de modo mediático.
Publicado en Diario el Correo
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