Si planteáramos a los diferentes actores educativos, de la
comunidad y sociedad en general la pregunta ¿Cómo te gustaría que fuera tu escuela?, probablemente tendríamos diversas
respuestas; algunas coincidentes y otras divergentes. Pero, quedaría claro que
la educación no es solamente una tarea ni responsabilidad de los/las docentes.
A partir de la definición de la “escuela que queremos”, estableceríamos
políticas educativas pertinentes que respondan a las verdaderas y sentidas
demandas, necesidades de los niños, niñas, adolescentes (NNA) y comunidad en
general. El tal sentido, sería base para establecer el modelo de gestión
escolar y modelo de gestión educativa en las UGEL, la DREA; del mismo modo,
demandaría docentes con nuevo perfil, requerimiento de los materiales
educativos, nuevo diseño curricular, sistemas de monitoreo, seguimiento de
evaluación y asistencia técnica o acompañamiento, formas de articulación entre
la escuela y comunidad, así como la intervención intersectorial e
intergubernamental en la acción educativa.
En esta perspectiva, ya hay experiencias piloto en instituciones
educativas de Huanta (Kulluchaka, Spqosqocha) y Huamanga (Arizona); en las que,
se vienen implementando un modelo de escuela integral EIB basados en los enfoques:
interculturalidad, de derechos, de género, ambiental, territorial. En éstas, se
privilegia la atención a los NNA y la relación con su entorno-naturaleza, la
participación protagónica, relación escuela y comunidad, una escuela protectora,
acogedora y saludable, flexible y que responde a la diversidad y realidad
que viven NNA; y por lo que promueve resultados de aprendizaje de calidad con
equidad.
Publicado en Diario el Correo
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