La humanidad en las diversas
latitudes de nuestro planeta estamos afrontando serias consecuencias del
calentamiento global, como es el caso del fenómeno del niño; reflejados en
sequías, lluvias torrenciales, heladas, vientos huracanados, incremento de
sensaciones térmicas, entre otros. A raíz de estos fenómenos naturales se viene
escaseando el elemento líquido, encarecimiento de los productos, extinción de
especies, etc.
Ante esta situación, la Escuela tiene
un rol fundamental de desarrollar desde los primeros años de vida de los niños
niñas la conciencia ambiental, a fin de mitigar de modo sostenido a las graves
consecuencias que está ocasionando la contaminación ambiental. Sin embargo,
paradójicamente es el espacio donde se percibe mal uso del agua, generación
excesiva de desperdicios.
Como es sabido, la educación es
la única vía para transformar esta realidad a favor del bienestar de la
humanidad en su conjunto; la escuela no debe ser únicamente el contexto donde
se desarrolla capacidades intelectuales.
Se espera que, los maestros y
maestras tomemos conciencia para contribuir positivamente en forjar ciudadanos
del presente y del mañana con compromiso social y ambiental, adoptando
estrategias en las escuelas conjuntamente con los estudiantes como:
conservación pertinente del ambiente escolar, uso racional y responsable del
agua, mantenimiento de los servicios higiénicos, promoción de la reforestación,
acondicionamiento de más áreas verdes, adopción de mecanismos adecuados de
protección ante el incremento de los niveles de rayos ultravioleta; así como
los niveles de contaminación ambiental en general.
Publicado en Diario el Correo
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