Estando a seis días para que los peruanos y peruanas concurramos a las urnas a fin de elegir al/a la representante del periodo gubernamental 2017-2021; es pertinente reflexionar sobre algunos puntos cruciales que deben considerarse como agenda prioritaria para el siguiente quinquenio respecto al eje educativo.
Según informes nacionales e internacionales sobre la calidad educativa peruana (ECE, PISA), persisten grandes brechas educativas entre las IIEE Privadas y Estatales, zona urbana y rural (educación rural, pueblos originarios y de frontera), a nivel de Costa, Sierra y Selva; Colegios de Alto Rendimiento frente a los colegios estatales comunes, entre la EBR con EBA-CETPRO, Formación Docente en Institutos Privados frente a los Públicos, Universidades Privadas y Estatales, etc. Agravándose el estado precario e insuficiente de la infraestructuras deficientemente equipada con mobiliarios, talleres, laboratorios, recursos TICs, campos deportivos, así como, incumplimiento de la asignación presupuestal del 6% PBI, entre otros.
Sin embargo, es justo reconocer que en el último quinquenio hubo significativos avances en la implementación de la Educación Intercultural Bilingüe, a raíz de las recomendaciones formuladas desde la Defensoría del Pueblo a través de los Informes N° 152 y N° 163 como un reconocimiento del derecho a la educación de los NNA desde su lengua y cultura.
El reto principal para la nueva gestión, es la reforma integral del sistema de formación docente, en el sentido que desde el reclutamiento de nuevos profesores, acompañado por un sistema de seguimiento y evaluación, y una política remunerativa superior a cualquier profesión. Implica que, es la única forma de garantizar la mejora de la calidad del sistema educativo peruano.
Publicado en Diario el Correo
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