En el escenario político, y
en especial de la gobernabilidad de nuestro país, fuimos testigos de cómo es
que, muchos actores de los poderes del Estado a nombre de la democracia y del
pueblo trafican con los intereses trascendentales.
En este contexto, cobra
especial significancia el hecho de impulsar, desarrollar o fortalecer
capacidades para el ejercicio de la participación ciudadana como un asunto del
derecho humano, desde la familia y en particular de las escuelas, a fin de no
transitar por una crisis de gobernabilidad sea en corto, mediano y largo plazo.
Según el marco normativo del
sector educación, se disponen como instancias de participación, concertación y
vigilancia en el contexto educativo al CNE, CONEIB, COPARE, COPALE, Consejo
Educativo de la Red Educativa Rural, CONEI; así como la Asociación de Padres de
Familia, Municipios Escolares. Estos espacios se constituyen en una oportunidad
para generar una dinámica democrática en las instituciones educativas, o en las
distintas instancias de gestión educativa descentralizada. Empero, ¿cuán
empoderado están los escolares?, ¿se promueven o no el protagonismo escolar?,
¿el profesorado tiene las herramientas básicas para ello?, ¿cuántos de estos
espacios funcionan y con qué nivel de protagonismo?, o ¿solo quedan en un nivel
de formalismo?
Por lo señalado, en parte, es
responsabilidad del sector educación formar integralmente a la ciudadanía en
general para garantizar un sistema de gobernabilidad coherente a las demandas y
necesidades más sentidas por la población. “La ignorancia mata a los pueblos, y es preciso matar a la ignorancia”. (J.Martí)
Publicado en Diario el Correo
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