El Minedu, tanto en el CNEB y las “orientaciones de la evaluación
formativa de las competencias en el aula”; plantea “el enfoque utilizado
para la evaluación de competencias es siempre formativo, tanto si se realiza la
evaluación para el aprendizaje como la evaluación del aprendizaje”; donde
la primera tiene un “propósito formativo”, y la segunda, “propósito
certificador”; cuya valoración del nivel de logro alcanzado en el proceso de
desarrollo de la competencia exige el empleo de la escala cualitativa en
reemplazo de la escala cuantitativa (vigesimal).
En correspondencia a la naturaleza de la propuesta de la evaluación oficial
se requiere la selección y aplicación de estrategias, técnicas e instrumentos
para el acopio de datos, informaciones de corte cuantitativa y cualitativa
significativa.
Empero, para mejor comprensión y aplicación sustentada, es necesario la
revisión de las posturas epistemológicas (paradigmas), tales como: positivista,
hermenéutico-interpretativa, crítica – pragmática-. De la primera se desprende
el enfoque cuantitativo, mientras de la segunda y tercera, el enfoque
cualitativo; con la particularidad que la tercera además está orientado a la
transformación o emancipación.
Así como el enfoque mixto; pues, en la actualidad, autores como Hernández,
Fernández, Baptista (2014); Creswell (2013); Lieber y Weisner (2010) consideran
que, para el conocimiento, análisis, explicación-interpretación de los
problemas o fenómenos se necesitan la articulación de métodos cuantitativo y
cualitativo. (Trujillo, G y Otros 2019, p.22).
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