El ABI, para algunos constituye una familia que implica: el aprendizaje
basado en proyectos-ABPr, aprendizaje basado en problemas-ABP, aprendizaje
basado a través del diseño-ABD (OCDE, OIE-UNESCO, UNICEF LACRO 2016); otros,
ABPr, ABP y el aprendizaje basado en casos (Durán, Lozano y Gros, 2017); otro
grupo, Aprendizaje basado en la investigación o investigación guiada (Abril,
Ariza, Quesada y García, 2013); o que aprendizaje por indagación, aprendizaje
por investigación, son lo mismo (Romero, 2017). Siendo así, las actividades
predominantes constituyen: plantearse preguntas, planificar investigaciones,
recoger, analizar e interpretar datos, revisar diferentes fuentes de
información, realizar observaciones, comunicar resultados, proponer preguntas,
explicaciones, predicciones (ACE, 2016).
En ese sentido, el currículo (CNEB), considera que el profesorado de todos
los niveles, tenemos que reestructurar las estrategias de enseñanza y
aprendizaje, principalmente a través de estrategias de aprendizaje situado, en
este caso el ABI; donde el estudiantado sea el principal protagonista de su
proceso de aprendizaje bajo la orientación del docente.
En esta coyuntura del COVID-19 resulta siendo una necesidad que el
profesorado podamos empoderarnos, conocer y desarrollar capacidades para
promover, diseñar, aplicar, monitorear y evaluar la estrategia de ABI; a fin de
que el estudiantado desarrolle “capacidades
de pensamiento crítico, un pensamiento sistémico, capacidades interpersonales y
autodireccionales que les permitan manejar proyectos, encontrar recursos y
utilizar herramientas de manera competente” (OCDE, OIE-UNESCO, UNICEF LACRO
2016, p. 160).
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